Incremento en un 12% la Productividad de tu equipo haciendo esto

¿Alguna vez te has preguntado qué mensaje envías al mundo? Víctor Küpper, nos brinda una valiosa lección en una conferencia antes de la pandemia. ¡Prepárate!

Era un día común en la vida de Víctor Küpper, quien, como de costumbre, llegó temprano a la universidad a las 7:15 a.m. Después de tomar su café matutino, se encontró con dos estudiantes en el pasillo. Lo que ocurrió a continuación, desencadenó una lección inolvidable sobre cómo percibimos a los demás y cómo nos perciben a nosotros.

Víctor, con su característica simpatía, saludó a los estudiantes y les preguntó qué hacían allí tan temprano. La respuesta fue inesperadamente ingeniosa: «Estamos puntuando», dijeron los jóvenes. «¿Puntuando qué?» preguntó Víctor con curiosidad.

Con una sonrisa traviesa, uno de los estudiantes exclamó: «Estamos viendo si la calidad de las chicas ha mejorado este año». La risa llenó el pasillo mientras Víctor se unía a ellos, reconociendo la chispa de la juventud.

Víctor, aceptando el desafío, se sentó junto a los estudiantes y se sumó a la evaluación. 

Uno de los jóvenes gritó: «Un 7 a la izquierda», mientras que el otro respondió: «Le doy un 6». Finalmente, le llegó el turno a Víctor. Con una pizca de humor, él dijo: «Ustedes andan mal, les doy un 9». Los estudiantes rieron y uno de ellos comentó: «Claro, profesor, usted está en los 40, para usted, todo lo que se mueve es un 9».

Esta anécdota sencilla pero reveladora dejó a Víctor con una valiosa enseñanza: al igual que en esa pequeña evaluación, la vida está llena de momentos en los que «puntuamos» a las personas por su apariencia o comportamiento. 

Desde entonces, he llegado a una reveladora conclusión: somos el reflejo de lo que proyectamos. Desde la forma en que saludamos a un cliente hasta la manera en que respondemos a un correo o desempeñamos nuestras labores diarias, estamos constantemente emitiendo señales. Es crucial reconocer que no podemos permitirnos proyectar una energía negativa. Como gerentes, recae sobre nuestros hombros la responsabilidad de infundir motivación en nuestro equipo día tras día.

En resumen

Cuando una persona se siente plenamente satisfecha en su trabajo, no solo se vuelve un 12% más productiva, ¡sino que puede alcanzar hasta un 31% de mayor eficacia!

Sabes, amigo, entiendo que en el pasado tu enfoque fuera más pragmático y orientado a los negocios, pero llegó la hora de un cambio. Hoy en día, el talento es un recurso invaluable y no se trata solo de dinero; lo que buscan son empresas con valores auténticos.

Es momento de aplicar una combinación de motivación intrínseca y extrínseca con tus colaboradores. ¿Por qué no tomas un día para preparar café para todo el equipo? Te sorprenderá lo motivados que estarán. A veces, los gestos más simples pueden tener un impacto significativo en el ambiente de trabajo. 

¡Dale un impulso a tu equipo y cosecha los beneficios de un entorno laboral más motivado y productivo!